Es inmenso el asco que me doy por
pertenecer al género humano. Cada vez que veo cómo se maltrata a otros seres, humanos o no, cada
vez que veo cómo la gente se divierte pensando que todo lo que existe en este
planeta, incluido los seres vivos, les pertenece, y enseñan a sus hijos a hacer
uso de todo indiscriminadamente con el único fin de divertirse, para no pensar
en lo patético que somos.
Si el mundo no acaba con
nosotros, que es lo que nos merecemos,
al menos debería enseñarnos a empatizar,
claro que no sabemos leer ni escribir, empatizar que ni siquiera el “Word” que
utilizo para hacer esta reflexión lo
reconoce (que ya es duro que este p. sistema te reconozca la palabra “Word”,
sepa cuando van mayúsculas y minúsculas, y no reconozca esta palabra… me acaban de destrozar el resto
de mi narrativa con esto.
Y ahora voy a ser más directa,
qué peazo de hijo de puta aquellos humanos maltratadores de otros humanos o de
animales, aquellos que les importa un carajo que otros seres sufran,
aquellos que por miedo a la muerte, al
dolor y porque se tienen que sentir muy míseros, disfrutan con el daño ajeno.
Ojalá que la vida les depare lo
peor.